miércoles, 18 de mayo de 2011

SER O NO SER CONDUCTISTA

SER O NO SER CONDUCTISTA

Autor: Fernando Leiva Valenzuela


INTRODUCCIÓN

El conductismo es una teoría de aprendizaje que se podría definir como cambios observables en el comportamiento que se presentan producto de la interacción entre una serie de estímulos y respuestas.
En el presente ensayo se exponen dos ejemplos, desde la experiencia del autor, que representan el modelo de enseñanza y aprendizaje conductista, su análisis y teorización.
En la educación actual han surgido otros paradigmas de enseñanza y aprendizaje que han cuestionado la eficacia e incluso la deshumanización del modelo conductista.
Se plantea la tesis, en este ensayo, de que el conductismo es útil y necesario en la adquisición de conductas y aprendizajes iniciales de los alumnos, sea en la inducción a procesos más amplios, como la vida universitaria, o en asignaturas humanistas como la filosofía.



DESARROLLO

La interrogante ¿Ser o no ser conductista?, especialmente situada en el contexto de la educación moderna en que prima el constructivismo, tenderíamos a contestarla negativamente, pero surgen algunas reflexiones producto de las experiencias de aprendizaje adquiridas y enseñadas.
Cuando cursaba el primer año de mi carrera, Pedagogía en Filosofía, tenía un profesor que usaba las siguientes acciones pedagógicas: pedía tareas sobre búsqueda de temas en que describía con mucho detalle lo que se debía hacer; explicaba las materias en forma detallada, haciendo explícitas todas las interpretaciones de los textos que analizaba; las pruebas de desarrollo debían contener toda la información por él expuesta para poder obtener el máximo puntaje; los trabajos de interpretación debían seguir parámetros latamente descritos en sus instrucciones; las clases eran poco participativas pues se esforzaba en “pasar toda la materia” que tenía planificada; las correcciones que realizaba, si lo expresado por el alumno estaba de acuerdo a sus ideas recibía un refuerzo positivo de inmediato, exageraba ante el curso su contento y felicitaciones, llegando a afirmar en ocasiones “¿se fijan clase? ¡Así hay que hacerlo para aprender en este curso!”. Estamos en presencia de un claro aprendizaje conductista, en que el profesor conduce lo que el alumno debe aprender. Y la conducta nuestra, como estudiantes de primer año, fue de aceptación de este modelo pedagógico y por razones de sobrevivencia decidimos responder a todas estas exigencias “al pie de la letra”. Esto se explica por lo que presenta Bandura (1982, Citado por Gonzáles, 2009, pág. 65). que sostiene que hay que considerar cuatro elementos en el aprendizaje por observación: (1) Prestar atención, como alumnos de primer año y una materia difícil, con un profesor muy exigente, naturalmente estábamos “impelidos” de poner la máxima atención posible, nos jugábamos el ramo. (2) Retener la información, era fundamental para responder de forma idéntica en las pruebas, los compañeros hábiles para tomar apuntes de la clase eran muy solicitados. (3) Producción de conductas, era indispensable para aprobar el ramo ser capaz de repetir todos los temas enseñados por el profesor (4) Motivación, la teníamos como alumnos novatos en una carrera elegida por nosotros. Esta metodología conductista sin duda que produjo aprendizajes, lo difícil es saber con que grado de fijación pues la mayoría de las temáticas tratadas en dicha asignatura ya forman parte del olvido, al menos, consciente.
En el ejercicio de la docencia universitaria siempre me he planteado cual será la mejor forma de enseñar para que los alumnos aprendan. No he llegado a conclusiones únicas para ser aplicada a todos los casos. Pero sí la experiencia me ha indicado que la forma de enseñar debe adaptarse a los grupos que conforma los cursos y a sus necesidades. En este sentido me he dado cuenta que los alumnos universitarios de primer año, aprenden mejor con los modelos pedagógicos, que en su mayoría, traen anclados en su experiencia de la enseñanza media, y no es otro que el modelo conductista. Por tanto, para estos alumnos, en especial en la primera parte del semestre y a modo de un proceso de inducción, aplico varias características del conductismo en mis clases. Por ejemplo, utilizo frecuentemente el refuerzo positivo y el negativo cuando la ocasión lo amerita: uso del celular en clases, llegar tarde, no cumplimiento con trabajos, maltrato verbal hacia sus compañeros, no respetar el turno par hablar, y otras. Son todas acciones que están descritas en un especie de “manual de convivencia básico” y conversadas en la primera clase. Se toma en cuenta para el refuerzo negativo, en especial el castigo, primero la llamada de atención verbal, luego la pérdida de algunos privilegios, como no poder seguir opinando cuando él no ha respetado a otros. En lo referente a las metodologías conductistas empleadas, trato de ser lo más claro y explícito posible en los primeros trabajos, poniendo ejemplos de ejecución. Pero los últimos trabajos prácticamente les doy el objetivo y ellos aportan creativamente la información solicitada. Creo que es importante que estos alumnos de primero formen los hábitos intelectuales básicos para insertarse positivamente en su vida universitaria. Esta metodología, que utiliza más de un modelo pedagógico, corresponde a lo citado por Morales (2010), que señala “De acuerdo a Moreno & Bailly-Bailliere (2002) la perspectiva conductista debe ser utilizada fundamentalmente para el manejo de los aspectos de tipo organizativo, como la definición de la estructura del curso, la enunciación de los objetivos, y el manejo de las evaluaciones. En cambio, la perspectiva constructivista se debe utilizar para el tratamiento de aspectos académicos, tales como la interacción de estrategias de interacción y la definición de actividades individuales y de grupo que contribuirán al logro de objetivos.”(pág. 146). Y el esfuerzo lo centro en este último, pues se trata de una metacognición de su propia conducta y sobre las formas que va adquiriendo el aprendizaje.


CONCLUSIÓN

Se ha planteado en este trabajo que el conductismo es una teoría de enseñanza y aprendizaje que se basa en la respuestas observables a estímulos (condicionamientos), planteados por quien conduce el aprendizaje y aplica los refuerzos necesarios. Se ha intentado, a partir de la experiencia del autor, demostrar la tesis e que es necesario el constructivismo en algunas etapas del desarrollo de los seres humanos o en ciertos aprendizajes más cercanos al modelo instruccional.
Como reflexión final, se plantea que no hay modelos de enseñanza y aprendizajes que sean absolutos y aplicables siempre a todos los casos, es tarea del educador procurar aplicar aquellas metodologías que sean pertinentes a las realidades de los educandos.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

González, J.,Criado, M. (2009). Psicología de la Educación para una Enseñanza
Práctica. Cap 2 (7° ed). Madrid: CCS
Morales Morgado, Erla Mariela (2010). Gestión del conocimiento en sistemas
e-learning, basados en objetos de aprendizaje, cualitativa y pedagógicamente definidos. Salamanca: Universidad de Salamanca.

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